El mundo.
Jmg (noticia publicada el 12/03/2014 en www.larazon.es)
Yu Xukang,
que así es como se llama este padre “más que coraje” lleva a diario al colegio
a su hijo de 12 años, el cual sufre una discapacidad la cual le
impide andar. Para ello, tiene que andar hasta dejarle en el centro escolar la
friolera de 16 km llevándolo a hombros.
En china los
colegios más cercanos donde viven no aceptaron la escolarización de su hijo,
por sufrir carencias físicas. Y por eso el padre tuvo que buscar otro colegio
donde poderle llevar, aún estando a una distancia bastante lejana como para ir
andando.
Yu Xubang se
separó de su mujer y optó por criar a su hijo sólo, y asegurarse que nada le
faltaría, y que le educaría de la mejor manera posible, dentro de sus precarias
posibilidades económicas.
El día a día
de este padre, es el de levantarse bien pronto por las mañanas, llevar a su
hijo al colegio que se encuentra a 8 km, volver donde vive para intentar
conseguir ganar algo de dinero, ir de nuevo por la tarde al colegio para
recoger a su hijo, y volver con él de nuevo a hombros hasta su casa.
Es decir, al
día este hombre recorre 32 km diarios andando, y la mitad de ellos con su hijo
a hombros, y todo lo hace para que su primogénito pueda tener las mismas
oportunidades que cualquier otro niño de su edad. Porque el sufrir carencias
físicas que le imposibilite andar, no significa para nada, que no pueda
entender, razonar y comprender el temario.
Esta noticia
me ha llamado poderosamente la atención, porque creo lo que está haciendo este
padre por su hijo es más que digno de mencionar. Los que vivimos en teoría, en
el “primer mundo”, el mundo de los países más civilizados, si estuviéramos en
la misma situación que este padrazo, tendríamos con toda seguridad la posibilidad
de llevar a nuestro hijo a algún colegio sin problema alguno, aunque no pudiera
andar.
También
tendríamos la posibilidad de poder llevarlo en coche, o en cualquier otro
transporte público, sin la necesidad de tener que llevarle a hombros, porque
tendríamos también una silla de ruedas para nuestro hijo.
Y en algunos
casos, podríamos disfrutar de alguna ayuda o subvención económica de carácter
estatal para poder llevar mejor la enfermedad de nuestro hijo. Y seguramente
podríamos tener también alguna ayuda médica para intentar de alguna manera
reducir sus carencias físicas al mínimo posible, con rehabilitación o con
cualquier otra terapia.
Pero Yu
Xukang vive en un mundo muy distinto al nuestro, un mundo de “segundo o tercer”
orden, donde reinan las carencias, la pobreza, las discriminaciones, la
injusticia, y la falta de ayudas de cualquier tipo. Por todo ello, lo que hace
este padre con su hijo, es inconmensurable, y digno del reconocimiento de todos
nosotros.
Jmg (fuente
imagen, larazon.es)
A este padre solo por el esfuerzo que hace a diario, habría que ayudarle de alguna manera, es increíble lo que está haciendo.
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