Jmg (publicada el 22/08/14 en abc.es)
Llegan los meses de
Julio, Agosto y Septiembre, y para los más afortunados que poseen de algún tipo
de trabajo, comienzan sus merecidas vacaciones. Pero a veces, lo que a priori
debería ser un tiempo en el que desconectar, cargar las pilas, y volver al
trabajo con aire renovado, con buenas y enriquecedoras experiencias vividas, se
convierte a veces, en un tiempo de discusiones y peleas familiares, donde salen
a relucir todas las problemáticas guardadas a lo largo del año, y que
convierten a las vacaciones en algo insostenible, llegando a desear que acaben
lo antes posible.
Contratiempos, o
situaciones adversas que pueden sucedernos durante cualquier época del año, a
veces y para determinadas personas, si les sucede inmersos en sus vacaciones,
puede ocasionarles un estrés añadido, que haga que dichas situaciones le supere
y explote de diferentes maneras.
Algunos ejemplos de
todo esto podrían suceder en el mismo viaje hacía nuestras vacaciones tan
deseadas, y así un gran atasco, o la guerra que puedan causar los niños por
querer llegar, o una avería, como un pinchazo, o un error en la reserva de
nuestro hotel cuando lleguemos, pueden hacer arruinar las vacaciones, por no
saber llevar de la mejor manera posible estos contratiempos.
Existen otros factores que pueden hacer que exista en condiciones normales una mayor
posibilidad de podernos alterar, discutir y hasta finalizar antes
de tiempo nuestras vacaciones.
Y así, en parejas o
matrimonios donde normalmente no se ven en gran parte del día por motivos
laborales de al menos uno de los dos, cuando llegan las vacaciones y tienen que
convivir las 24 horas junto con la pareja durante un cierto tiempo, a veces ese
cambio de hábito, produce que no se lleve de la mejor manera, y el exceso de
tiempo juntos, causa roces, encontronazos, o comentarios desafortunados, que pueden
ir a más, y sino se sabe controlar y parar a tiempo, hagan descontrolar la
situación, fastidiando por completo las vacaciones.
Tres cuartos de lo
mismo ocurre con los niños, normalmente estando en el colegio, sus padres no
están con ellos de continuo, y pueden tener momentos de relax y descanso, pero
en las vacaciones el estar también junto a los hijos sin parar, cuando además
los más pequeños quieren disfrutarlas a tope y sin descansar, puede producir
sino se sabe llevar, también situaciones hipotéticamente susceptibles de querer
explotar y de cabrearse.
Y por último, cuando
se veranea junto con la familia política, es un factor claramente determinante para poder sufrir situaciones en
las que alterarse y llegar a perder los nervios. Por todo ello, personalmente
aconsejo que se veranee sólo en pareja, sin ningún familiar más, y sino se
tienen niños, que al menos durante dos horas al día, cada miembro de la pareja
tenga su espacio y pueda realizar lo que le plaza de forma independiente. Este
tiempo servirá para desconectar y no cargar la convivencia.
Si fuera posible,
teniendo niños se debería hacer lo mismo, encontrar momentos donde poderse
relajar tanto de la pareja como de los hijos, pero reconozco que siempre no es
fácil. Como todo en la vida, querer es poder, y pensar que las vacaciones son
para disfrutarlas, es la mentalidad con la que debemos afrontarlas.
Jmg
(fuente imagen, entretenimiento.terra.es)
Lo mejor es quedarse en casita y no salir a ningun sitio
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