Más que acabarse el sueño particular de cada inmigrante que opto por venir a nuestro país para probar fortuna, lo que acabo hace ya unos años, fue el sueño conjunto de todos los que vivíamos en España, fuéramos españoles o extranjeros. Acabaron los tiempos donde todo valía, donde no pasaba nada, y donde había trabajo y dinero para todos. Y sino había se especulaba, y asunto arreglado.
No hace mucho tiempo, el "boom inmobiliario" y otros aspectos cíclicos de la economía, hicieron que miles de personas vinieran desde otros países donde la situación económica era peor que aquí. Querían buscar trabajo y poder tener un futuro digno, y veían en España el país perfecto. España crecía año tras año, y hasta estuvimos a punto de ganar la "champions ligue de la economía Europea". Todas las noticias que venían de España eran buenas y esperanzadoras. ¡¡ Que tiempos !!
Eramos la envidia del resto de Europa, Francia, Alemania y Gran Bretaña nos veían como el nuevo "amigo rico" que había conseguido mucho dinero en muy poco tiempo, pero que no sabía que hacer con tanto dinero. Y vio en la construcción de pisos, edificios, aeropuertos, redes de ave por todos los sitios, circuitos de fórmula uno, mega teatros, mega circos, y todo tipo de mega infraestructuras, la mejor manera de gastarlos. Y con lo que le quedó siguió inflando la "burbuja".
Eran tiempos de bonanza económica, donde los bancos te concedían
prácticamente todo lo que les pidieras, hipotecas, prestamos personales y
demás, sin apenas entregar documentación. Tiempos en los que las ofertas buenas de trabajo estaban por doquier, y la gente se iba de los puestos de trabajo sin más, porque había encontrado otro donde ganaban más dinero. El precio de la vivienda
subía por meses, literalmente. Donde un piso salía al mercado con el
precio de 150.000 euros, al mes siguiente ya valía 155.000 euros, y al siguiente valía 160.000 euros. Y si te echabas para atrás a la hora de pagar tu piso, no pasaba nada. La inmobiliaria te devolvía el dinero que hubieras pagado, y lo volvía a sacar al mercado. Eso sí, a un precio mucho más elevado, que ya habría seguro alguno que lo compraría en poco tiempo.
Aunque por muy bien que nos fuera, que nos iba muy bien a casi todos, no había trabajo absolutamente para todos los inmigrantes que venían a España. En estos buenos momentos económicos en su gran mayoría, pudieron colocarse sobre todo en el sector de la construcción. Los inmigrantes fueron y siguen siendo mano de
obra barata, y desempeñaban y desempeñan aún, muchos trabajos que el "españolito" en esos
momentos no estaba dispuesto a realizar, y que ahora aún estando en una situación económica mucho peor, muchos se siguen negando a realizar.
Todos los países en mi opinión deben de tener unas medidas estrictas sobre el control del número de extranjeros que entran en sus fronteras con la idea de asentarse. Siempre existirá un número coherente de inmigrantes que puedan llegar a un país de una manera organizada y controlada para buscar trabajo, y así a su vez ayudar a la economía del país donde acaban de llegar. Es un derecho totalmente legítimo, el querer buscar donde sea, un futuro mejor para él y sus familia, pero siempre desde la organización, el control, y cumpliendo los requisitos de entrada que marque cada país aprobado en sus leyes.
Porque en el momento que el número de inmigrantes que haya en un país, supere por bastante la capacidad real que tenga ese país para poderles atenderles, y recibirles con todas las garantías que se merecen, y que puedan estar correctamente, tanto sanitariamente, socialmente, culturalmente y laboralmente, entonces ese país comenzará a tener un gran problema.
Y honestamente analizando lo sucedido, creo que es lo que ha pasado en España. Aquí cuando todo iba bien se abrió el grifo para que vinieran prácticamente todo el que quisiera, los requisitos de entrada se flexibilizaron hasta límites irrisorios, y no se pensó si realmente iba haber hueco para todos, y si todos iban a poder encontrar trabajo digno y duradero en el tiempo.
Muchos de esos inmigrantes que vinieron a España con sus maletas cargadas de ilusión, en estos últimos años, cada vez más, nos abandonan con las maletas llenas de amargura, de impotencia, de frustración, de deudas, y con la sensación de volverse a sus países natales derrotados, y en muchos casos avergonzados de no poder haber conseguido nada mejor en esta arriesgada aventura que decidieron tomar.
Y cada vez más también por desgracia, muchos españoles están viviendo en sus propias carnes lo difícil que resulta abandonar tu país, para que alguien de fuera, te de una oportunidad que nadie quiere brindarte en España, aunque sea para hacer cosas que casi nadie quiera hacer. ¡¡Como han cambiando las tornas!!
(fuente imagen, ideal.es)
Jmg
Yo vine a España hace ya 8 años, y he visto lo bueno y lo malo de este país. Sino cambia este año me ire a colombia. Ahora los españoles salen fuera de su pais para trabajar y saben lo duro que es.
ResponderEliminar