Noticia
nacional. Jmg (publicada el 23/09/2014 abc.es)
La
aplicación de móvil “Uber” llega ahora a Madrid tras ya utilizarse en
Barcelona. La negación de los taxistas sobre el uso de esta “app”, no ha
evitado que siga en el mercado. Los profesionales del sector, la consideran que
vulnera totalmente las reglas del juego, y que actúa en competencia desleal
sobre ellos.
Dicha “app”
básicamente lo que trata es que vehículos de uso propio la utilicen para
transportar a diferentes personas, las cuales pueden compartir trayecto y así
poderse repartir los costes del mismo, ahorrándose un dinero. El problema
radica en que no existe una regulación sobre este tipo de “negocios”, así que
de momento a priori, dicho uso parece ser legal más que le pese a los pobres
taxistas.
Personalmente
la idea de la aplicación me parece buena, y creo que es algo que siempre se ha hecho.
Cuando hemos podido compartir vehículo para ir a trabajar, o para ir a un viaje
largo con amigos o familia, lo hemos hecho. Otra cosa, diferente es que esto
sea ahora un “negocio”, entonces bajo mi punto de vista, tendría que tener las
mismas obligaciones y derechos, que pueden tener los taxistas del gremio.
Egoístamente,
desde el punto de vista del consumidor, esto puede llegar hasta a
beneficiarnos, porque puede suceder que las tarifas de los taxis tengan que
bajar, para seguir siendo competitivos respecto esta aplicación. Pero esta
problemática va mucho más allá, que esa visión simplista de los hechos.
Tenemos que
darnos cuenta que para un taxista poder ejercer su trabajo, le conlleva una
serie de gastos en combustible, mantenimiento del vehículo, tasas e impuestos,
y en esto juega con muchísima ventaja “Uber”. Los profesionales están viendo
peligrar su trabajo, y en muchas familias tal vez sea el único sueldo que entra
en sus casas.
Es un gran
problema para el sector, y se tendrán que tomar las medidas necesarias, para
que todos puedan tener su parte del pastel, pero siempre bajo las mismas
premisas y condiciones. Una licencia de taxista vale un dineral, y no es lógico
que cualquiera que quiera ahora, pueda hacer de taxista, llevando o trayendo a
gente de un sitio a otro.
El día que
pase un gran accidente con varios muertos, de un vehículo conducido por alguien
“jugando a ser taxista”, entonces es cuando los políticos pondrán cartas en el
asunto, pero no hay que esperar a que suceda dicha desgracia.
Las leyes se
pueden y se deben cambiar, y los vacíos legales están para rellenarlos con
modificaciones legales, porque mientras no se haga eso, siempre habrá gente que
lo aprovechará en beneficio propio. Y esto es obligación y deber que lo hagan
nuestros políticos, los cuales tienen que ver que este tipo de vulnerabilidades
legales, y más cuando puede estar en peligro el gremio de los taxistas.
Jmg (fuente imagen,
appuntes.com)
Si un hombre que va vendiendo refrescos por la playa es ilegal respecto los bares, esto debe serlo igual respecto el taxi
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