Noticia
nacional. Jmg (publicada el 19/11/2014 larazon.es)
Según el
informe del Defensor del Profesor del sindicato ANPE, con los datos del año
pasado, se puede afirmar que un 28% de los profesores han sufrido en sus
propias carnes, algún tipo de acoso o amenaza, por parte de padres de familia o
alumnos.
Según dicho
estudio, los acosos sufridos por el profesorado en muchas ocasiones, afecta
gravemente al desarrollo normal de sus clases, debido al mal comportamiento de
los alumnos, haciendo que sea prácticamente imposible, poder impartir el
temario correspondiente.
Un 10% de
los profesores que sufren todo tipo de acosos y amenazas, llegan a pensar en la
posibilidad de dejar su profesión, por miedo, o por no encontrarse en
condiciones psicológicas adecuadas para poder desarrollándola de una manera
eficaz.
Leyendo esta
noticia, la verdad que me ha hecho pensar y mucho, en que tipo de sociedad
queremos que nuestros hijos crezcan y se hagan adultos.
De toda la vida, la
figura del maestro, ha sido toda una institución. Y para los alumnos,
prácticamente todo lo que hicieran o dijesen nuestros profesores, sobre todo en
la primaria, era digno de respeto, y sabíamos que la voz de la experiencia era
siempre un grado a tener muy en cuenta.
Un profesor
podía impartir mejor o peor sus clases, o podía caernos mejor o peor, pero muy raro
era el caso en el que un alumno se atrevía a sobrepasarse ante él. Sólo el hecho
de pensar en realizar una acción de amenaza o de acoso contra él, era toda una gran
osadía.
Y sobre todo
era así, porque al que se le ocurriera cometer dicha tropelía, sabía a ciencia
cierta, que luego irían sus padres a castigarle de la forma más dura y severa
posible. Los padres creían a pies juntillas las palabras del profesor. Y cuando
un maestro, llamaba a unos padres para comunicarle algún acto malo de su hijo,
el alumno ya podía darse por “jodido”. Los padres conocían perfectamente a sus
hijos, y sabían que ciertamente podían haber hecho esas acciones.
Todo esto ha
cambiado, dándose la vuelta por completo. Hasta el punto como dice este
estudio, que casi un tercio de los profesores sufre acoso y amenazas, tanto por
parte de los alumnos como de los padres. Y en mi opinión, la gran culpa de todo
esto, la tienen los padres. Los cuales en muchos casos, no saben, o no quieren
educar a sus hijos, y apenas les prestan tiempo, llegando a la conclusión, que
no conocen como son sus hijos, y de lo que son capaces de hacer.
Además, cada
vez existen muchas más familias desechas, donde los hijos crecen en ambientes
totalmente inadecuados. Y cuando un profesor pone malas notas a un hijo, o le
llama la atención por un acto totalmente reprobable, para ciertos padres es
mucho más fácil ir en contra del maestro que castigar a su hijo.
Los padres,
no quieren meterse en más problemas con sus hijos, y si para ello tienen que
amenazar al profesor, hasta el punto de llegar a veces a la agresión física,
púes lo harán. Y eso reforzará aún mucho más la postura de poder del alumno
sobre el profesor, porque sabrá que su acción tiene el visto positivo de sus
familiares directos.
Jmg (fuente
imagen, minutodigital.com)
En mi época era impensable que una padre amenzara a un profesor.
ResponderEliminar