Noticia nacional.
Jmg
El 2.014
está dando sus últimos coletazos, y es el momento de hacer balance y análisis
de cómo nos ha ido el año, y de cómo apreciamos cada uno de nosotros la
situación del país. Cómo nos encontramos respecto al año pasado, el 2.013. Y
como creemos que será el próximo 2.015 respecto a este año que está terminando.
Evidentemente
son dos preguntas muy personales, y cada uno las responderá según le haya ido
en este año. Pero aparte de la visión individualizada de cada unos de los
ciudadanos que viven en España, me gustaría también que se pudiera hacer un
análisis de cual la visión global como país, y si hemos mejorado, empeorado, o
simplemente estamos igual que años anteriores, y cómo vemos el futuro
inmediato.
Personalmente,
diré que a nivel personal, ha sido uno de mis peores años laboralmente
hablando, por no decir el peor. Además en temas de salud que son los más
importantes para mí, he tenido muchos sustos y alarmas, que esperemos que se
queden en sólo eso. Pero mi opinión, sobre mi vida la verdad importa a
poquísima gente, por lo que seguiré hablando de cuál es el balance a nivel
global de la situación de mi país.
Quiero
diferenciar datos macroeconómicos y datos microeconómicos, o lo que llamamos
vulgarmente la economía doméstica de las familias. En el primero de ellos,
mencionar que principalmente en el último trimestre del año, es cuando más
visiblemente se han empezado a observar los primeros indicios claros, sobre
datos favorables de la economía española.
Con esto no
quiero decir ni mucho menos, como nos han querido vender, que hemos salido de
la crisis, porque simplemente me parece esta afirmación, una mentira más de las
muchas que nuestros políticos nos han intentado colar durante todos estos años
acerca de la crisis económica. Pero si es cierto, que parece que los números
globales de la economía española empiezan a ser en cierta manera positiva, y la
tendencia en este sentido ha cambiado, aunque sea muy poquito.
Pero todo
esto, en el día de hoy es totalmente inapreciable para el ciudadano de la
calle. Muchísima de la gente común, si se le dice que España comienza a crecer
y a salir de la crisis, simplemente no se lo cree, porque no lo percibe en
prácticamente nada.
La tasa de
desempleo sigue siendo escandalosa, y el poco empleo que se crea es de una
calidad inaceptable, sin que apenas nadie que encuentre trabajo, pueda afirmar
que tiene ya una estabilidad laboral. En España cada vez son más las personas que
aún trabajando se les considera que forman parte del segmento que puedan estar
en el umbral de la pobreza. Se puede trabajar y no dejar de ser pobre.
Y qué decir
de todos los desempleados que ya no perciben ningún tipo de prestación ni
ayuda. Cada vez en nuestro país, son más las familias que tienen todos sus
miembros en paro, como ocurre en la de un servidor que les habla. Y cada vez,
son más los niños que están mal nutridos, y que no comen todo lo que deberían.
La clase
media en España ha desaparecido, y las diferencias sociales entre la clase
pudiente y acomodada, y el resto, cada vez es más elocuente. Tenemos un país
repleto de corrupción y despilfarro del dinero público, dinero que aportamos
todos los españoles con nuestros impuestos.
Raro es el
día que no nos despertamos con un suceso nuevo de corrupción. Una corrupción
que aunque a muchos les cueste aceptar, está dentro de nuestro sistema, y como
se ha visto, ha afectado a todos los poderes públicos del país, llegando al
mismísimo gobierno, y hasta a la familia real.
Así que
vemos, hoy más que nunca las dos Españas. Una España que en términos
macroeconómicos crece más que otros países Europeos de su alrededor, también
decir, que nosotros debemos de crecer mucho más que otros países, porque
estamos mucho más hundidos que las grandes locomotoras del continente.
Y por otro
lado, otra España repleta de, frustración, impotencia, desilusión, penas,
deudas, desempleados, rabia, y de falta de esperanza. Y es sobre esta última
España, a la que el gobierno debería de incidir muchísimo más, y olvidarse un
poco de los datos globales del país, que de momento no apreciamos.
Que consuelo
puede tener una persona que lleve tres años sin trabajar, o una a la que le
hayan quitando la casa por no poderla pagar, o una a la que no pueda dar de
comer a sus hijos, o una que se haya tenido que ir fuera de España para poder
trabajar, que les digan que la economía española ya crece, y que estamos
saliendo de la crisis, por no decir que ya estamos fuera de ella. Ningún tipo
de consuelo, al contrario, más cabreo si cabe.
Es ridículo
hablar en esos términos a una población que ha tenido que hacer unos esfuerzos
enormes para poderse apretar el cinturón. Si España ahora está algo mejor en
sus datos macroeconómicos, mucha culpa de esto lo tiene el ciudadano de la
calle, que con su dinero ha saneado a los bancos, que previamente nos han
robado y mentido, y nos han quitado nuestras casas y dinero. Y que con nuestros
impuestos, hemos hecho que se vayan corrigiendo las cuentas y presupuestos del
gobierno.
Pero
irónicamente, los que menos apreciamos ahora esta pequeña mejoría del país,
somos los que más hemos luchado por nuestro país, dando lo poco que ya nos
quedaba. Y las medallas se las ponen los de siempre, los políticos que nos
metieron en esta maldita crisis, que no supieron o no quisieron verla, y cuando lo
hicieron tomaron unas medidas, tardías, y totalmente erróneas, y sus sucesores
continuaron esa labor de despropósitos, y ahora nos quieren decir que ya
estamos fuera de ella, cuando muchos españoles no tienen ni para comer.
Pero lo que
más me duele de todo, es que nos hayan tratado a todos los españoles como
verdaderos, tontos. Que nos podían decir cualquier cosa para ganarnos nuestro
voto. Y que siguen y siguen haciéndolo, porque siempre habrá súbditos fieles a
determinados partidos políticos, que les votaran hagan lo que hagan, porque se
comportan como siervos y miembros de una secta, que no tienen capacidad para
autocriticarse, y ver otras posibles opciones igualmente válidas.
Por todo
esto, aunque suene un poco catastrofista, hasta que en España no haya unas
elecciones generales, no espero cambios verdaderamente drásticos y
contundentes, que hagan que realmente los ciudadanos notemos en nuestras
propias carnes, que verdaderamente estamos en el buen camino, y podamos
apreciar cambios para bien, y que nos afecten en primera persona, que es lo que
realmente queremos todos nosotros.
Sólo con la
presión ciudadana, los políticos de la vieja escuela, se han dado cuenta
parcialmente de las injusticias y las barbaridades sociales que han cometido
con sus políticas durante las últimas legislaturas. Y aún así, como he dicho
anteriormente, en estos momentos España es uno de los países de Europa y del
mundo, donde más desigualdades sociales hay.
Espero que
en el 2.015 sigamos creciendo pero no sólo en la macroeconomía, sino también en
la microeconomía, y que se cree realmente trabajo de cantidad y con dignidad.
Eso espero, pero no creo que vaya a ver mucha diferencia, entre el 2.013, 2.014
y 2.015.
Y si alguien
me tacha de negativo y pesimista, púes tal vez lo sea, pero es lo que veo a
diario, cuando salgo a la calle y hablo con la gente, o cuando busco trabajo
sin cesar sin ningún tipo de respuesta, o cuando escucho por los medios de
comunicación continuos casos de corrupción y de injusticias sociales, donde
hace una década hubieran sido impensables que sucedieran aquí, o que se
hubieran descubierto.
Jmg (fuente
imagen, abc.es, diariodenavarra.es, serpersona.info.es, economía.elpais.com,
blog.hoy.es)