España. Jmg
(noticia publicada el 30/03/2014 en www.elpais.com)
La R2 entre
Madrid y Guadalajara, fue la primera radial de peaje en ser inaugurada en el
2003, y la última en pedir el concurso de acreedores. Las previsiones de la R2 eran que pasarían por
ella 21 coches por minuto, y lo hacen escasamente 4 coches. Además el tener la
A-2 prácticamente paralela a ella, y desde hace tiempo, con tres amplios
carriles, ha hecho que la utilidad y la necesidad de la R2 sea inexistente.
En
condiciones normales desde Guadalajara a Madrid, sin ser hora punta, y sin
haber ningún tipo de atascos, yendo por la A2 se puede tardar poco más de media
hora. Así que salvo en casos muy puntuales, no es necesario para nada el
utilizar la alternativa de pago de la R2.
Un factor que también ha influido mucho en el desplome económico de las autopistas de peaje, ha sido sin lugar a dudas la crisis económica que
llevamos sufriendo, desde hace ya más de 5 años.
Los
españoles en la gran mayoría no estamos en condiciones de ir con frecuencia por
autopistas de peaje. Si podemos evitar pagar por utilizar una carretera, lo
haremos sin lugar de dudas. Bastante tenemos con pagar cada vez más por la
gasolina, como para utilizar una autopista de peaje, salvo que sea totalmente imprescindible.
La R2 ha
sido la última en caer, y tal vez haya sido dentro de los pronósticos
totalmente erróneos realizados desde el gobierno, la que más utilidad haya dado
entre todas las radiales de peaje. Pero aún así, en mi opinión, ha sido otro
desastre más, de infraestructuras desorbitadas realizadas en nuestro país, que
ahora nos toca pagar a todos los españoles, sin tener culpa alguna.
Entre las
radiales de peaje de Madrid, y otros autopistas de peaje repartidas por España,
que también han sido rescatas, el gobierno se ha gastado unos 2.400 millones de
euros, después de haber hecho una quita del 50%.
Como todo lo
que ha pasado en esta última década en nuestro país, cuando las cosas iban
bien, todo crecía de manera desorbitada, y todos vivíamos inmersos en un sueño maravilloso,
y en burbuja inmobiliaria. Se hacían proyectos, y mega infraestructuras, sin
pensar realmente en su utilidad, y sin
ver la necesidad real a medio y largo plazo. La viabilidad económica se daba
por hecho, porque se pensaba sin lugar a ningún tipo de dudas, que todo seguiría
creciendo y creciendo de la misma manera que lo hacía. Y mira por donde, ha
sido todo lo contrario.
La burbuja
explotó, y se ha visto la dura realidad, nos hemos dado cuenta que detrás de
todos estos proyectos, no había nada, ni planificación, ni previsión, ni rentabilidad
de ningún tipo, y ahora lo único que nos dejan son deudas y quiebras, para que
las paguemos, como otros muchos desastres más, entre todos los españoles. Una
fiesta más, en la que no fuimos invitados, de la que no pudimos disfrutar, y de
la que nos toca pagar ahora.
Jmg (fuente
imagen, lavozdegalicia.es)